Golpe de Estado en Bolivia reabrió heridas raciales,
afirma Luis Arce
La Paz-. Las heridas raciales que la ciudadanía de Bolivia intentó cerrar se reabrieron cuando a fines de 2019 la derecha consumó el golpe de Estado contra el pueblo, afirmó hoy el candidato del Movimiento Al socialismo (MAS) Luis Arce.
Que la actual presidenta transitoria haya esgrimido la Biblia al igual que el cada vez más aislado presidente Donald Trump es sólo una demostración de la falta de originalidad de la derecha racista, escribió el aspirante a las elecciones de septiembre en un artículo en su blog en Internet.
‘Ninguno de los dos se detuvo en el mensaje de paz y amor por el prójimo del cristianismo, ni en la voluntad ecuménica de todas las razas oprimidas del mundo’, recordó Arce en su trabajo ‘El racismo es una justificación para la explotación’.
Según el también exministro de Economía, la lucha contra el racismo constituyó uno de los pilares con los que el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) promovió la desestructuración del Estado colonial.
El enfrentamiento contra toda forma de manifestación de ese flagelo durante 14 años por el ejecutivo encabezado por el presidente Evo Morales fue vital en ese proceso descolonizador, junto a la despatriarcalización, subrayó.
Arce recordó que la Ley Nú 045 Contra el Racismo y toda forma de Discriminación, promulgada el 8 de octubre de 2010 por Evo Morales, ‘tuvo y tiene la intención de establecer mecanismos para la prevención y sanción’ de esos actos, acorde con la Constitución y los Tratados Internacionales.
El catedrático explicó que el Estado Plurinacional de Bolivia es un proyecto de encuentro entre instancias del Estado, organizaciones y sectores sociales, tradicionalmente apartados de decisiones y beneficios de la civilización.
Entre estos últimos situó a los pueblos indígenas, afrobolivianos, mujeres, adultos mayores, personas con discapacidad, población LGBTI, personas que viven con VIH-SIDA, migrantes y otros grupos en situación de vulnerabilidad.
El candidato por el MAS criticó a Estados Unidos por el asesinato de George Floyd, que ‘puso de relieve la profunda desigualdad que se vive al interior de ese país, las mismas que imponen las políticas de su gobierno en los países a los que ataca, asfixia y presiona’.